La memoria histórica es un camino de exigencia de justicia de los pueblos y víctimas de violaciones a derechos humanos de hechos que hasta hoy permanecen en la impunidad.
Como parte de esa tarea, apostamos por el fortalecimiento a procesos organizativos en Chiapas acompañando la acción de personas, grupos, comunidades y organizaciones en la búsqueda de justicia, defensa y ejercicio de derechos. Además, ante la complicidad del sistema judicial oficial para encubrir a instituciones gubernamentales, responsables directos e intelectuales, conjugamos de manera integral la defensa jurídica sobre algunos eventos que son muestra de la aplicación de la política integral de contrainsurgencia en donde el Estado es responsable de garantizar que se conozca la verdad, de reparar el daño y de generar condiciones de no repetición de hechos que laceran la memoria colectiva.
En el Frayba entendemos la defensa social como un método estratégico de trabajo que implica la combinación de herramientas jurídicas y políticas en el trabajo de defensa y promoción de los derechos humanos. A partir de la poca o nula respuesta a las demandas de justicia consideramos necesaria la reflexión y defensa de la memoria histórica como un mecanismo para que los pueblos no olviden, transmitan y sigan reconstruyendo su historia, defiendan su proyecto de vida y lo socialicen para que el pasado sea movilizador de la transformación social en el presente.