Pasar al contenido principal

Diócesis de San Cristóbal de Las Casas denuncia contexto de violencia, riesgo y hostigamiento de quienes defienden la vida y la madre tierra

SAN ROMERO DE AMERICA
EL PASTOR, EL AMIGO DE ESTE PUEBLO

Al pueblo creyente de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas
A las Autoridades de los tres niveles  en el Estado de Chiapas
A la Sociedad Civil
A las mujeres y hombres de buena voluntad, hermanas y hermanos todos de la Casa Común

 

Este 24 de marzo conmemoramos 43 años del asesinato del pastor y amigo del pueblo salvadoreño, del pueblo de América y de nuestro pueblo.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero, hombre sencillo que profundizó su fe en la cercanía del pueblo pobre, oprimido, maltratado y sufriente. Amigo y hermano de quienes luchan por la justicia. Comprometido por el proyecto del Reino de Dios hasta dar la vida y resucitar en el pueblo de San Salvador. Razones suficientes para que la Iglesia lo proclamara San Romero de América. La solidez de su testimonio nos ha tocado y es, para nuestros pueblos, Pastor y Amigo, compañero de nuestras luchas y de nuestras esperanzas. Romero declaraba:

“Nada me importa tanto como la vida humana”

Uno de los pensamientos fundamentales en su predicación como obispo fue la vida humana frente a la tragedia con que era azotada en El Salvador, la misma vida humana que hoy seguimos viendo en riesgo en nuestras familias, comunidades y pueblos. 

Poder, impunidad, codicia, triunfos fáciles, ganancias indebidas, placeres en contra de la dignidad, vanidad, orgullo, silencios cómplices son las armas con las que se amenaza y podemos notar esos vacíos que causan la agonía en las gentes de nuestro pueblo, desaparecido, levantado, amenazado, desplazado y en la Hermana Madre Tierra olvidada, bañada de luto. Frente a ello, nada nos puede importar tanto como la vida humana también a nosotras y nosotros que nos llamamos cristianos. Frente a las tentaciones fáciles estamos llamados por el bautismo a cuidar la vida, a salvarla, a defenderla de toda amenaza sosteniendo con valentía el sueño de Dios.

“De Dios es la voluntad que todos sus hijos sean felices"

Dijo Romero en su homilía del 10 de septiembre de 1978. Somos hijos e hijas de Dios, esa es nuestra condición de seres humanos, a esa dignidad no escapa nadie, en ella está nuestra libertad y el principio de la verdadera felicidad.

Cristo, Hijo predilecto, nos muestra el camino para triunfar sobre los proyectos del mal, se aferra a los ideales de Dios: la fraternidad, la solidaridad, el compartir, poniendo al centro de la vida a los más pequeños, a las mujeres, a los pobres, frágiles y enfermos, Jesús vence las tentaciones en nombre de todos los hombres sin escaparse del camino de la cruz, ofreciendo su propia vida para que la nuestra sea salvada.

La salvación pues significa hacernos cristos en Cristo, amando la propia vida, tomando la cruz de la responsabilidad, del trabajo sencillo, del amor a la Madre Tierra, del respeto por los niños, jóvenes, mujeres y hombres de todas las edades y nacionalidades porque compartimos con todas y todos la Casa Común.

Con el mismo amor de Cristo quien nos amó primero, cada persona ha de asumir la libertad de los dones recibidos y de las funciones que le corresponden para que aporte su oficio, sin pretensiones de dominar a nadie, ganándose y comiendo con justicia el pan que necesita su familia.

“Hay de los poderosos… cuando se trata de torturar, de matar, de masacrar…de ofrecer al dios poder, al dios dinero tantas víctimas, tanta sangre…Jesús vence el mal y recupera el paraíso cuando todos los hombres sean servidores fieles del proyecto de Dios”
(Homilía de San Oscar Romero, 16 de marzo 1980)

Cristo es historia presente, fuente de libertad y dignidad humana, en cada mujer y hombre que encarna el sueño de Dios, trabajando por la vida, promoviendo la solidaridad, la hospitalidad y la fraternidad, despertando los derechos humanos, proclamando lo que es justo sin dejar nada ni a nadie fuera. 

Dios cumple sus promesas, Dios no abandona a su pueblo. En lo que hoy nos está tocando vivir, por medio de sus hijas e hijos que trabajan por la paz y luchan por la justicia, Dios está haciendo nueva nuestra historia de salvación, ningún otro imperio tiene lugar en nuestro pueblo. 

Como nos enseña San Romero con su testimonio “Cristo es El Señor, solo ante Cristo hay que ponerse de rodillas, solo ambicionar a Cristo. Decirlo con los labios y con la vida. No adorar a nadie más, sólo de rodillas ante cristo, jamás ante los hombres”

¡Pare la persecución y el hostigamiento contra quien promueve y defiende la vida!
¡Basta de mujeres violentadas y asesinadas! ¡Nadie debe ser tratado como extranjero, somos todas y todos hermanos, no hay fronteras para la humanidad!
¡Desaparezcan bares, cantinas y todo tipo de droga que narcotiza la conciencia! 
¡Exigimos la responsabilidad del Estado para localizar a nuestros hermanos y para que no haya más desaparecidos! ¡Exigimos la seguridad en nuestro territorio para que cese el desplazamiento forzado!  ¡La impunidad no es condición de dignidad!
¡La Tierra es el espacio sagrado que habitamos, alto al maltrato, venta y destrucción de nuestra Hermana y Madre Tierra! ¡Exigimos un territorio libre de megaproyectos! 

 

"No me consideren juez o enemigo. Soy simplemente el pastor,  el amigo de este pueblo"
(San Óscar Arnulfo Romero, 6 de enero de 1980)

¡VIVA SAN ROMERO DE AMERICA!
¡VIVA LA PAZ!
 ¡VIVA LA LIBERTAD!
¡VIVA LA AMISTAD SOCIAL! 
¡VIVA LA FRATERNIDAD UNIVERSAL!

      ¡VIVA EL PUEBLO QUE LUCHA POR LA JUSTICIA!

¡VIVA EL PUEBLO CREYENTE!


Pastoral Social y Movilidad Humana 
Comité de Derechos Humanos Oralia Morales
Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas
24 de marzo 2023